Mente cerrada

Apenas hace unas semanas pensaba en mis gustos musicales. Me invadía la duda de porqué no tenía yo ninguna afición a algún grupo, porqué no me emocionaba ningún disco o concierto, porqué mis gustos estaban tan pulverizados que se limitaban a canciones sueltas de por aquí y por allá o porqué nunca he ido a un concierto. Incluso me enojó  mi ausencia de afición y gustos musicales definidos (sí, así de dramático me puse).

Lo cierto es que no es un tema de vital importancia, pero en estos momentos, por todo lo que cargaba en mi mente, me pareció relevante de algún modo; como si fuera el síntoma de algo más profundo, como si representara algo más. 

De aquellos día hasta hoy (y tal vez desde hace algunos meses) me encontré algunas canciones que me gustaron, y me gustaron sin saber quién las cantaba o a qué género pertenecían (y soy tan iletrado en esto de la música que no puedo distinguir la diferencia entre pop y rock). Descubrí que me gustaba una canción de David Bowie, de repente me encontré una canción de Radiohead que me gustaba, luego una rola de los Rolling Stones, luego una del musical de Cats, una de los Beatles... fueron varias que descubrí que me gustaban y que, de acuerdo a mi juicio, eran de grupos, de géneros o de temas que no me gustaban, que estaban fuera de mi liga.

Y resulta que sí me gustan.

Resulta que sí, pero que yo tenía un prejuicio o un idea loca que los dejaba fuera automaticamente antes de haberlos escuchado.

Resulta, que soy de mente cerrada.

Esto de algún modo contestó mi duda sobre mis extraños gustos musicales, suponiendo que mi analogía sea correcta, y quisiera pensar que este análisis se queda en temas de música y ya, que no va más allá, pero creo que esta forma de ver es casi mi filosofía de vida. Entonces... pues... que asco de vida he tenido.

Necesito cambiar muchas cosas, abrir mi mente (sin usar drogas, por supuesto :P), ya no quiero pasar más tiempo así.